martes, 27 de mayo de 2014

La democracia tumba el bipartidismo más de un siglo después

27 de abril de 1876. España, mediante sufragio universal masculino, vota en las primeras elecciones tras la restauración de la monarquía en España, unas primeras elecciones que poco cambiarían respecto a las segundas, las terceras, las cuartas... y así durante más de cuarenta años de elecciones en que España se sintió en un eterno Día de la Marmota electoral.

Práxedes Mateo Sagasta. Antes muerto que sin escaño.
Durante 47 años dos partidos se alternaron en el poder bajo la beneplácita mirada de ambos alfonsinos reyes. 21 elecciones en que pasase lo que pasase en España la única medida que se llevaba a cabo por parte del electorado era votar al partido que no estaba en el poder. Había más de dos partidos, pero para el caso como si no los hubiese habido.

Durante nueve elecciones se turnaron en el poder los mismos dos candidatos, Mateo Sagasta y Cánovas del Castillo, pero el primero, Sagasta, aún continuaría otras tres hasta sumar cuatro décadas de presidencias alternas del gobierno. Y si se retiró no fue por otra razón que su muerte en 1903, cosa que complicó su presencia en las siguientes elecciones.

Sin embargo, la alternancia de los dos mismos partidos en el poder duró algunos años más, dos décadas para ser más exactos, hasta 1921, en que en un ejercicio de lógica, tras haber pasado España las mayores penurias y deshonras con la pérdida de Cuba y el resto de posesiones de ultramar, la Semana Trágica y el fallecimiento de miles de jóvenes en la Guerra de Marruecos, el electorado decidió dejar de votar aquellos dos partidos que en casi 50 años no había conseguido más que traer penurias a España. Realmente eso jamás sucedió, si perdieron el poder no fue sino por un alzamiento militar, el de Primo de Rivera; probablemente si no se hubiese producido, en las siguientes elecciones habrían vuelto a salir elegidos.
Presidentes 1876-1923 y su partido. Escalofriante. 

¿Y a qué viene este ejercicio de memoria histórica? La razón es simple, en 1977, un siglo y un año después de esas primeras elecciones borbónicas España volvía a gozar de unas primeras elecciones, las primeras de una nueva restauración borbónica tras el fin del franquismo. Y salvo cinco años en que un tercer partido (la UCD de Suárez) gobernó, desde 1982 hasta hoy siguen siendo dos partidos los que se han sucedido en el poder el más puro estilo de Cánovas y Sagasta. 32 años después, en estas pasadas elecciones europeas, PP Y PSOE siguen siendo los dos partidos más votados.

¿Hay alguna diferencia? Sí, en la época de los dos partidos que he mencionado al inicio, llamados Liberal y Conservador, a nadie se le hubiese pasado por la cabeza que ambos partidos juntos no hubiesen sumado el 50% de los votos. De hecho, a nosotros mismos, hasta hace poco más de un lustro, si llega, tampoco se nos hubiese ocurrido plantear un escenario así.

Sin embargo, hoy esta es la realidad, una realidad que debe imponerse, pensamos aquellos que culpamos al bipartidismo y a las características de los dos partidos que lo forman de los problemas que ha padecido y padece España desde hace años. Para imponerse todavía debemos superar un escollo histórico, que el bipartidismo desaparezca sin que desaparezca la democracia.

Nunca en España el bipartidismo ha desaparecido democráticamente. El cambio de los dos partidos fuertes por otros nuevos siempre ha sucedido tras golpes de Estado o abdicaciones de Reyes. Tal vez seamos los primeros en conseguirlo, en conseguir que el bipartidismo desaparezca gracias, y no a pesar, de las urnas. En nuestra mano está.

4 comentarios:

  1. De la sartén a las brasas27 de mayo de 2014, 22:10

    Ya ves tu que bien. Pasamos del bipartidismo del PPSOE a votar a gente que vive en yupilandia como podemos o izquierda hundida. Ya ves tu que solución.

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  2. Pasamos de votar a corruptos para votar por la gente de bien.
    ¡PODEMOS!

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  3. Mejor a pesar de las urnas, sin hache.

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