lunes, 26 de mayo de 2014

El fin del bipartidismo: ¿el inicio del consenso?

No hay que confundir el síntoma con la enfermedad. Una escayola en la pierna rota no curará la osteoporosis. Con todo, somos muchos los que estamos de acuerdo en que el bipartidismo va ligado a la crisis política que vivimos en España. Por eso es un dato esperanzador que PP y PSOE, los dos partidos herederos del hacer y deshacer de Cánovas y Sagasta (cabezas de los dos partidos que en el siglo XIX ya descubrieron a los españoles las múltiples ventajas del bipartidismo), no hayan alcanzado juntos el 50% de los votos.

Por primera vez en democracia los dos primeros partidos no lograrían haber convencido al 50% de los votantes, ello, sin embargo, no conlleva que juntos no lograsen gobernar a su antojo con mayoría absoluta. Ventajas del sistema electoral. Con todo, recalcamos, es un dato esperanzador para aquellos que veíamos como elección tras elección, por mucho que se criticase al PSOE y al PP, por mucho que se los calificase de ser dos caras de una misma moneda, lograban hacerse con la mayoría de los votos. Siguen siendo mayoría, sí, pero cada vez menos. 


Desde las elecciones europeas del 2004, el bipartidismo  ha ido perdiendo poder, muy paulatinamente al inicio, y abruptamente en las últimas dos elecciones. Tal vez por hastío provocado por la crisis política. Tal vez debamos juzgar que si ya bajaba antes es porque el hartazgo por los dos partidos también venía de antes. O tal vez no es muestra de nada, y nadie puede asegurar si la tónica seguirá igual, pero haciendo caso a las estadísticas y extendiendo la línea de la gráfica según la tónica llevada podría pensarse que esto es sólo el inicio.

Casi inevitablemente, en las próximas generales PP y PSOE seguirán al frente, pero, eso sí, degustando por última vez las delicias del bipartidismo que tan bien ha hecho a sus bolsillos y tanto mal al de los ciudadanos. La última vez porque, si no fuese suficiente con seguir mentalmente la línea trazada en la gráfica que muestra la caída del bipartidismo, el desgaste producido por una coalición de PP y PSOE que mostrase a sus votantes (y demostrase a los que ya lo pensábamos) sería mayúsculo.

Y, ¿por qué iban a aliarse PP y PSOE ante esta expectativa? Fácil. Porque no les quedaría otra. Sherlock Holmes dijo (a través de Conan Doyle, obviamente) "descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad". Esto es política ficción, divertida de hacer, pero ficción al fin y al cabo, pero si los datos de las elecciones europeas se diesen en unas generales: al PSOE no le valdría con una coalición de izquierdas, ni al PP una de derechas. La de izquierdas, a parte de imposible matemáticamente es improbable política. ¿Qué motivos tendría Podemos para desgastarse uniendo su imagen al del partido al que pretende seguir arrancando votos descontentos? Pero es que ni siquiera con los improbables votos de partidos bisagra como UPyD o Ciutadans lograrían mayoría absoluta ninguno de los dos.

Mencionando a los partidos bisagra, los que antes lo eran, los nacionalistas, crecen, y mucho, pero éstos raramente iban a vender baratos sus votos debido al escenario político planteado en Cataluña y Euskadi, un precio demasiado alto para un PP y PSOE que se han mostrado resolutivos ante las aspiraciones de estos partidos. Ya hemos descartado lo imposible, así que lo improbable, la unión de PP y PSOE, es lo que nos queda.

Después de eso, con una debacle en las siguientes elecciones que ni siquiera hiciesen posible la unión del bipartidismo en un gobierno, hay quienes anuncian una España a la italiana, ingobernable, con la prima de riesgo (aquella de la que nos empezábamos a olvidar) subiendo exponencialmente y con los líderes europeos rasgándose las vestiduras. Sin embargo, no veo tan apocalíptico ese escenario. Sería la época de la política de verdad, de la del consenso, la del fin del decretazo y el principio del debate. Política verdadera y quizás, sólo quizás, en beneficio del ciudadano. Suena a ficción, pero ya lo hemos dicho, es lo que es, política ficción, para la realidad habrá que esperar a las siguientes elecciones.

1 comentario:

  1. Política ficción (como tu dices) o no lo cierto es que el beneficio de la duda es para los nuevos partidos. Los que hay ya nos han robado, si nos roban los nuevos es que no hay nada que hacer, pero peor sería dejar que nos robe el PPSOE.
    Yo he votado Podemos, y para nada estoy de acuerdo con tirar la valla de melilla o con el feminazismo de su programa, pero como se que no van a gobernar les he votado. Es el partido perfecto para robarles votos y que vean el aliento en su nuca. Y ha funcionado, antes se reían de podemos y ahora les critican, algo funciona.

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