En todos los sitios cuecen habas

A raíz de la intención del Gobierno de proponer unificar el horario español con el que originalmente pertenecíamos, el británico y que eliminaría de los telediarios la coletilla de "una hora menos en Canarias", vuelve a salir a la salir a la luz el tópico de los españoles. Vagos, borrachos, y cuyo producto estelar es la siesta.

Sin ir más lejos, esta es la fotografía con la que The Telegraph retrata al español en su artículo:

¿Denigrante? ¿Insultante, tal vez? Las dos sirven y no faltan a la realidad. Clama al cielo que un periódico de tirada nacional utilice tal fotografía para representar a un país ante los ciudadanos ingleses que jamás visitarán o habrán visitado España para contrastar tal degradante representación.


¿Sería lógico que en cualquier noticia sobre el turismo británico en España, cualquier diario español de tirada nacional utilizase las típicas instantáneas que podemos encontrar con ingleses borrachos? Sería lógico que tras el título "Crece el turismo británico en España" encontrásemos esta fotografía:

Visto el talante inglés, parece que sí. No podrían quejarse, al fin y al cabo, dejando de lado si es mayoritario o no, como existen grupos de ingleses incapaces de tenerse en pie, durmiendo en su propio vómito en el metro o en la playa de cualquier ciudad de costa, puede ser utilizado. Del mismo modo que ellos han utilizado esa humillante fotografía para retratar a todo un país.

Pero, ¿de verdad nos íbamos a creer que todo un colectivo es así? Yo por mi parte no. Y siguiendo al título del artículo no encuentro mejor lugar para dejar constancia de todos los tópicos que internacionalmente se atribuyen a distintos países, ya sea para esbozar una sonrisa con ellos, ya sea para tener una respuesta cuando un alemán o un inglés nos llamen vagos.

De los ingleses, los más habituales son: alcohólicos, llegando a instaurar el término binge drinking para referirse al consumo rápido de alcohol con el único fin de emborracharse. También se cree de ellos que utilizan el jabón más bien poco, en definitiva, que su higiene brilla por su ausencia. Otros de los tópico más usados sobre ellos son sus dentaduras amarillas y deformadas y que utilizan la violencia con demasiada facilidad. 

De los franceses se considera que tienen grandes narices, lo cual es un problema teniendo en cuenta que, como los ingleses, también se considera que son sucios. También se les considera pretenciosos y orgullosos. Respecto a las mujeres, el estereotipo dicta que las féminas son de moral más bien distraída.

El alemán no consigue librarse del aura que quedó tras la Segunda Guerra Mundial y la palabra nazi parece seguir unida al alemán. Como al inglés, se le considera un gran bebedor de cerveza. Por norma general, se les considera estrictos y cabeza-cuadrada y de sus mujeres, que gracias a su vello corporal no necesitan pantalones.

Puritano, conservador y chauvinista son adjetivos que acompañan al estadounidense. También, como a medio mundo por lo que parece, se les considera borrachos. Además, muchos asocian a Estados Unidos a la cultura de la comida rápida y llena de grasas trans, es decir a la obesidad. Por otro lado, no pocos creen que ser americano implica llevar siempre un arma bajo el abrigo.

Y podríamos continuar con Portugal, Italia, México... Pero no lo haré. Ustedes deben juzgar si tiene sentido juzgar a la gente por tópicos. En España estamos acostumbrados a utilizar los tópicos como broma, que si el andaluz es un vago, el catalán agarrado, el vasco exagerado, el madrileño prepotente. Pero lo que no sería tolerable sería que en un artículo sobre Andalucía apareciese un señor en una tumbona o sobre Euskadi un señor talando un árbol con sus manos. Sería inadmisible. 

De este modo, conservemos la cultura de los tópicos, la que sirve de caldo de cultivo de chistes que nos hagan sacar una sonrisa o una carcajada, pero como broma. Esa es su función. No toleremos que nadie vaya más allá y que se utilice una broma para ser juzgados seriamente.